INVESTIGACIÓN-ACCIÓN PARTICIPATIVA

 



INVESTIGACIÓN-ACCIÓN PARTICIPATIVA

La IAP es una metodología cualitativa que combina tres dimensiones fundamentales: la investigación, la acción y la participación. Su objetivo no es únicamente producir conocimiento, sino generar procesos de transformación social junto con las comunidades implicadas, en este sentido, rompe con la lógica tradicional de la investigación académica, que muchas veces estudia a los sujetos desde una posición externa, sino que la IAP propone, en cambio, investigar con las personas y no sobre ellas.

Este enfoque nace de corrientes críticas dentro de las ciencias sociales, con importantes influencias del pensamiento de Paulo Freire, quien defendía la educación como práctica de libertad. También se inspira en la tradición marxista, la pedagogía crítica, el pensamiento decolonial y las luchas sociales por la emancipación. Desde esta mirada, la IAP se convierte en una herramienta metodológica y política al servicio de los pueblos y grupos históricamente excluidos.

En su esencia, la IAP considera que todas las personas tienen saberes valiosos, construidos a partir de su experiencia cotidiana. Por eso, reconoce a los participantes como sujetos activos en la generación del conocimiento, no como meros informantes. El investigador se convierte en facilitador, acompañante o mediador, y el conocimiento se construye de manera colectiva, a través del diálogo, la reflexión crítica y la toma de decisiones conjunta.

Este método es especialmente útil para estudiar fenómenos complejos en contextos sociales específicos:

- Comunidades rurales o urbanas.
- Colectivos indígenas.
- Movimientos sociales.
- Grupos de mujeres.
- Grupos de jóvenes.
- Trabajadores.

Se ha utilizado ampliamente en temas como:

- Desarrollo comunitario.
- Educación popular.
- Salud colectiva.
- Participación ciudadana.
- Vivienda.
-Medio ambiente.
-Derechos humanos.

El proceso de una IAP comienza con la identificación participativa de un problema que afecta a la comunidad, a partir de ahí, se diseñan estrategias para comprender mejor la situación y, simultáneamente, se buscan acciones para transformarla. Cada fase implica reflexión, análisis conjunto, evaluación y ajuste, lo cual fortalece tanto el proceso investigativo como el compromiso comunitario.

En cuanto a la recolección de información, se utilizan técnicas flexibles y participativas tales como las entrevistas abiertas, los grupos de discusión, los talleres de mapeo colectivo, los registros audiovisuales, diarios comunitarios, caminatas exploratorias, entre otros, dicha elección de métodos depende del contexto y debe garantizar que todos los actores puedan expresar sus experiencias, ideas y propuestas de forma respetuosa y horizontal.

REFLEXIÓN

Aprender sobre la Investigación Acción Participativa (IAP) implica mucho más que incorporar una metodología cualitativa; es acercarse a una forma profundamente ética, crítica y comprometida de hacer investigación. La IAP no solo desafía los métodos tradicionales que colocan al investigador como figura central y a los participantes como objetos de estudio, sino que propone una transformación radical: producir conocimiento desde dentro, con las comunidades, reconociendo sus saberes y fortaleciendo su agencia.

Este enfoque nos enseña que investigar también puede ser un acto de justicia social. La IAP nos obliga a repensar nuestro rol como investigadores o profesionales: ya no como observadores distantes, sino como facilitadores de procesos colectivos donde el conocimiento tiene un fin práctico y emancipador. Nos recuerda que toda persona, independientemente de su formación académica, posee conocimientos construidos en la experiencia diaria, conocimientos que son tan legítimos como los científicos y fundamentales para comprender y transformar realidades.

Durante el aprendizaje de esta metodología, se vuelve evidente que la IAP es también un posicionamiento político. Al incorporar influencias como el pensamiento de Paulo Freire o la pedagogía crítica, se alinea con una visión del mundo donde la educación, el diálogo y la participación son herramientas de liberación. Por tanto, adoptar la IAP no es solo una elección metodológica, sino una postura ética y política frente al conocimiento, la desigualdad y la exclusión.

Comprender la IAP nos permite apreciar la riqueza del trabajo colectivo, la importancia de construir con otros y no para otros, y el valor de procesos donde la reflexión crítica va de la mano con la acción transformadora. Nos muestra que la investigación puede y debe ser útil para quienes viven los problemas estudiados, que debe devolver algo a las comunidades, y que su éxito no se mide solo por publicaciones, sino por los cambios que genera.

En definitiva, formarse en IAP es formarse en humanidad, sensibilidad social y compromiso con la equidad. Nos enseña que investigar también puede ser un acto de amor y de resistencia, y que el conocimiento cobra mayor sentido cuando nace del encuentro, la colaboración y el deseo compartido de construir un mundo más justo.

REFERENCIAS

  • Velásquez, L., Alvarado, S., & Barroeta, V. (2021). Investigación-acción-participativa: alternativa metodológica para el estudio de las comunidades. La visión de Orlando Fals Borda. Revista Scientific, 6(21), 314-335, e-ISSN: 2542-2987. Recuperado de: https://doi.org/10.29394/Scientific.issn.2542-2987.2021.6.21.17.314-335


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